A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret,a visitar a una joven virgen llamada María que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. 28 El ángel entró donde ella estaba, y le dijo:
29 Cuando vio al ángel, se sorprendió de sus palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo.
30 El ángel le dijo:
–María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios.
31 Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo y le pondrás por nombre Jesús.
32 Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo: y Dios, el Señor lo hará rey, como a su antepasado David,
33 y reinará por siempre en la nación de Israel. Su reinado no tendrá fin.
34 María preguntó al ángel:
–¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?
35 El ángel le contestó:
–El Espíritu Santo se posará sobre tí
y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti como una nube. Por eso,
el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios.36 También tu parienta Isabel, a pesar de ser
anciana, va a tener un hijo; la que decían que no podía tener hijos está
encinta desde hace seis meses.
37 Para Dios no hay nada imposible.
38 Entonces María dijo:
–Soy la esclava del Señor. ¡Que Dios haga conmigo como me has dicho!
Con esto, el ángel se fue.
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