Simón vivía en la ciudad de Cafarnaún y era pescador en el
lago de Galilea. Había escuchado hablar de Jesús y quería conocerlo. Un día que
Jesús predicaba junto al lago, le llamó para que fuera uno de sus apóstoles. Él
aceptó y le siguió.
Simón creía en Jesús. Una vez, Jesús preguntó a sus
apóstoles: “¿Quién soy yo?”. Simón le respondió: “El Mesías, el Hijo de Dios”.
Al escuchar estas palabras, Jesús le cambió el nombre de Simón por el de Pedro,
y lo eligió responsable de los doce apóstoles.
Pedro fue uno de los apóstoles más amigo de Jesús. Estuvo a
su lado en momentos importantes de su vida: cuando Jesús escuchó la voz de Dios
en lo alto de una montaña, en la última Cena, y cuando Jesús rezó a Dios en el
Huerto de los Olivos.
Sin embargo, cuando Jesús fue apresado por los soldados
romanos, Pedro huyó. Luego, se acercó a donde estaban juzgando a Jesús, y
cuando le preguntaron si pertenecía a su grupo, Pedro negó tres veces
conocerlos. Después, se arrepintió y lloró.
Cuando Jesucristo resucitó, se apareció a Pedro. El día de
Pentecostés recibió la fuerza del Espíritu Santo y comenzó a predicar. Pedro
fue el máximo responsable de los primeros cristianos. Murió mártir en Roma por
defender la fe cristiana.
Religión Católica 5º
de primaria. Páginas 84 y 85. Aprender es crecer. Anaya.
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