Moisés guió al pueblo por el desierto con la ayuda de Dios. Durante el día, una columna de humo iba delante de ellos y les marcaba el camino. Por la noche, Dios les alumbraba con una columna de fuego.
Moisés y su pueblo llevaban mucho tiempo en el desierto y no tenían nada para comer. Dios les dijo: "Voy a hacer llover del cielo pan para vosotros". Cuando amaneció, el suelo y los arbustos estaban cubiertos de copos blancos. Mientras el pueblo de Dios estuvo en el desierto nunca les faltó alimento.
El pueblo de Dios llegó a una zona del desierto en la que no había agua. Dios le dijo a Moisés que fuera hasta una gran roca, y que golpeara la roca con su bastón. Moisés hizo lo que Dios le indicó y de la roca empezó a brotar agua. Todos pudieron beber.
Al lado del campamento, Moisés levantó una tienda y la llamó tienda del encuentro. Todos los que querían dirigirse a Dios, iban a la tienda del encuentro. Cuando Moisés entraba en la tienda del encuentro, una columna de nube permanecía en la entrada, significaba que Dios hablaba con Moisés. Todos se ponían de pie, y esperaban a que Moisés saliera.
El pueblo de Dios caminó por el desierto durante cuarenta años, antes de llegar a Canaán, la tierra prometida por Dios.
Fuente: El libro de Jesús. Editorial Sm. 2º de primaria.
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