Durante los cuarenta años que los israelitas vivieron en el
desierto, Dios los acompañó y cuidó de ellos de día y de noche.
Cuando se quedaron sin comida, Dios les dio de comer: “El
Señor dijo a Moisés: “Mira, haré llover pan del cielo para vosotros” (Éxodo 16,
4).
Y cuando los israelitas tuvieron sed, Dios les dio de beber:
“El Señor dijo a Moisés: “Háblale a la roca y ella te dará agua” (números 20,
8)
Dios los guiaba de día y de noche con… Éxodo 13, 21.
Cuando Moisés nació, el faraón mandó matar a los israelitas
recién nacidos. Para salvarlo, su madre lo escondió en una cesta a la orilla
del Nilo. La hija del faraón lo descubrió y lo crió como a su hijo.
Moisés fue educado como un príncipe. Un día, vio que los
israelitas vivían como esclavos y eran maltratados. Se llenó de tristeza y
escuchó la llamada de Dios. Dios le pidió que le ayudara a liberar a su pueblo.
Moisés, con la yuda de Dios, liberó a los israelitas y los
sacó de Egipto. Al llegar al mar Rojo, perseguidos por el ejército del faraón,
Dios los ayudó de nuevo. Las aguas del mar se abrieron y lo cruzaron.
En el desierto del Sinaí, los israelitas empezaron a
portarse mal y a adorar a falsos dioses. Entonces, Dios llamó a Moisés al monte
Sinaí. Allí le entregó los Diez Mandamientos e hizo una alianza con él.
Por esta alianza, Dios cuidaría a su pueblo y este cumpliría
los Diez Mandamientos. Moisés enseñó a los israelitas a cumplir los Diez
Mandamientos para vivir felices y alcanzar la salvación.
Religión Católica 3º
de primaria. Páginas 19, 20 y 21. Aprender es crecer en conexión. Anaya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario