Al regresar, los Apóstoles
contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Él los llevó consigo, y se
retiró a solas con ellos hacia una ciudad llamada Betsaida. 11
Pero la multitud se dio cuenta y lo siguió. Él los recibió, les habló
del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser
curados.
12
Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: «Despide a la
multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en
busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto». 13
Él les respondió: «Denles de comer ustedes mismos». Pero ellos dijeron:
«No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos
nosotros a comprar alimentos para toda esta gente». 14
Porque eran alrededor de cinco mil hombres. Entonces Jesús les dijo a
sus discípulos: «Háganlos sentar en grupos de cincuenta». 15 Y ellos hicieron sentar a todos. 16
Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al
cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue
entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud. 17 Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.
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