UNOS AÑOS DESPUÉS DE LA MUERTE DE JESÚS, LOS CRISTIANOS
FUERON PERSEGUIDOS Y, MUCHOS DE ELLOS, ENCARCELADOS. UNO DE SUS PERSEGUIDORES
FUE SAULO, TAMBIÉN LLAMADO PABLO.
1 Saulo pidió permiso a las autoridades para ir a la ciudad de
Damasco con el fin de hacer prisioneros a los cristianos que vivían allí. Las
autoridades estuvieron de acuerdo. Y, al día siguiente, Saulo partió con dos
compañeros.
2 Cuando estaban cerca de Damasco, Saulo se vio envuelto de
repente en un resplandor que venía del cielo. El caballo se sobresaltó, y Saulo
cayó al suelo. A la vez, oyó una voz que le decía:- Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues?
3 Saulo se quedó desconcertado. Ni él ni sus compañeros veían
a nadie. Preguntó quién era el que le hablaba, y la voz respondió:- Yo soy
Jesús, a quien tú persigues. Saulo apenas se podía mover. Además, no veía nada:
se había quedado ciego. Sus amigos lo ayudaron a levantarse.
4 La voz volvió a hablar y le dijo a Saulo que llegara a
Damasco; allí se enteraría de lo que tenía que hacer. Los amigos de Saulo lo
subieron al caballo y, despacio y en silencio, continuaron su camino en
dirección a la ciudad.
5 Al llegar a Damasco,
Saulo se encerró en un cuarto, donde estuvo rezando, sin comer ni beber.
A los tres días recibió la visita de un anciano llamado Ananías, el cual le
habló de Jesús y le explicó su mensaje. Saulo recuperó la vista y, pasado un
tiempo, recibió el bautismo y se hizo cristiano.
6 Saulo no solo dejó se perseguir a los cristianos, sino que
se hizo su mayor defensor. Se dedicó a recorrer pueblos y ciudades. Hablaba de
Jesús a la gente en las calles y en las plazas. También escribió diversas
cartas que se encuentran en la Biblia bajo el nombre de Cartas de San Pablo.
Fuente: Historias de Dios. Relatos bíblicos. 5 años. PPC. Editorial Sm
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