JESÚS IBA DE PUEBLO EN PUEBLO HABLANDO DE DIOS A LA GENTE.
HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS SALÍAN A RECIBIRLO PARA VERLO Y ESCUCHARLO.
1 Un día, estaba Jesús a orillas de un lago con un grupo de
personas. De pronto, llegó corriendo un hombre llamado Jairo. Se acercó a Jesús
y le dijo: - Tengo una niña de doce años que está muy enferma. ¡Por favor, ven
a curarla!
2 Jesús no lo dudó. Se levantó y se fue con el padre de la niña. Varias personas los acompañaban. A medida que se acercaban a la casa de
Jairo, se añadían al grupo más curiosos. Todos querían ver lo que haría Jesús.
3 Cuando llegaron a la casa, Jesús pidió a la gente que se
quedara fuera para no molestar. A la vez, Jairo le decía que la niña estaba más
enferma y no se podía hacer nada por
ella. Entonces Jesús le dijo: - ¡No te preocupes! Confía en mí y tu hija se
pondrá bien.
4 Dentro de la casa, la madre de la niña, acompañada por
algunas mujeres, lloraba desconsolada. Jesús se aproximó a ella y le dijo:
-¡No llores más! A tu hija ya no le pasa nada; solo está
dormida. Después pidió a los padres de la niña que lo acompañaran a la
habitación donde se encontraba su hija.
5 En la habitación, la niña estaba acostada en la cama con los
ojos cerrados. Jesús se acercó a ella, la tomó de la mano y dijo en voz alta:
-¡Muchacha, levántate! Al instante, la niña abrió los ojos y se levantó.
6 Los padres de la niña se llenaron de alegría. Su hija estaba
completamente curada. La abrazaron emocionados y se dirigieron a Jesús para
darle las gracias. Jesús les mandó que dieran de comer a su hija. Y les pidió,
además, que no contaran a nadie lo que había pasado.
Fuente: Historias de Dios. Relatos bíblicos. 5 años. PPC. Editorial Sm
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